En el campo de batalla de la vida, muy a menudo te encontrarás solo. Perdido.
Como hombre, frecuentemente te sentirás poco recompensado por los esfuerzos que estás haciendo, y a veces no tendrás la simpatía de los que te rodean. Sé que esto puede parecer desalentador, pero así es, y así ha sido siempre. No es bueno ni malo, simplemente es algo que es y algo con lo que tenemos que aprender a lidiar. Los hombres tenemos un papel que desempeñar, y estamos aquí para desempeñarlo, independientemente de cómo nos sintamos.
No estoy diciendo que no puedas sentirte mal, o sentir emociones negativas. Al fin y al cabo, somos humanos, y las emociones son una parte importante de la nuestra experiencia en este mundo. Yo también me siento triste, solo y abatido a veces (puedes leer mi libro si quieres ver hasta qué punto es cierto). Todos nos sentimos así. Y muy a menudo tendrás que pasar por esos momentos difíciles tú solo, sin nadie más que Dios para escucharte y apoyarte. Y si estableces una relación sólida con Él, descubrirás que su presencia y su apoyo son más que suficientes para que desarrolles la fuerza necesaria para volver a levantarte y atacar la vida de nuevo.
Hace poco que estoy aprendiendo a rezar de verdad. Todavía no sé si lo estoy haciendo correctamente, pero puedo decirte que es una actividad que trae paz a mi alma y sirve como un refugio donde puedo descansar, recentrarme y encontrar sabiduría en medio de las continuas batallas de la vida, los negocios y el amor.
No es meditación
Cuando mi viaje de superación personal era principalmente secular, añadí la meditación a mi rutina diaria. Recuerdo aquellos días con cariño y puedo dar fe de la eficacia de la práctica meditativa para ayudarte a concentrarte, bajar el ritmo y volver a centrarte. Creo que la meditación es una buena práctica.
Pero no es lo mismo que rezar. La principal diferencia, según yo lo veo, es que la meditación es pasiva, mientras que la oración es activa. Meditar consiste en vaciar la mente, concentrarse en la respiración y sentir el momento presente (puede que esta no sea una descripción exacta de todos los tipos de meditación, pero todas las variantes serán algo parecido a esto). La oración, en cambio, es una conversación activa y personal con Dios. No es lo mismo, ni de lejos.
Los ateos han intentado argumentar que la meditación es el equivalente secular de la oración fiel, pero esto no podría estar más lejos de la verdad. La oración es una actividad reservada a los que creen en Dios, porque requiere fe y creencia para que puedas mantener esa conversación con Él. Los hombres de fe pueden usar tanto la oración como la meditación como herramientas para servir a diferentes propósitos, mientras que los ateos sólo pueden usar la meditación y no tienen acceso a la oración -añade otro argumento racional a la larga lista de razones por las que ser cristiano es mejor que ser ateo ;).
La oración ha cambiado mi vida
Piensa en el poder de la oración: tienes acceso directo a la sabiduría infinita de Dios. Él está ahí para ti, dispuesto a escucharte siempre que lo necesites. Todo lo que tienes que hacer es pedirle, con un corazón puro, que te ayude. Y Él lo hará.
La oración cambió la trayectoria de toda mi vida. Cuando empecé a tomármela en serio, y a rezar de la manera que voy a compartir, las respuestas a las preguntas que me apremiaban empezaron a surgir de la nada. Conexiones y coincidencias locas empezaron a aparecer a mi alrededor, señalándome la dirección correcta, mostrándome el camino.
Como ya he dicho, no tengo ni idea de si la forma en que rezo es la «correcta». Todavía soy algo joven en mi camino de fe y estoy aprendiendo constantemente cómo construir una relación mejor y más fuerte con Dios. Pero sé que rezar así me ha ayudado muchísimo, y creo que eso demuestra que vale la pena intentarlo.
Cómo rezo últimamente
La oración varía en función del momento de tu vida en el que te encuentres, de los problemas que tengas y de lo que necesites. Estoy en un período de transición en mi vida; me enfrento a grandes decisiones a diario, y muy a menudo no sé cuál es la decisión correcta.
Últimamente, siempre que me siento a rezar, pido lo siguiente:
Dios, abre las puertas por las que quieres que pase y cierra las que quieres que ignore.
Háblame y dirígeme por tus caminos.
Haz que mi corazón se parezca al tuyo y alinea mi voluntad a la tuya.
Mi corazón es temerario y frágil, ayúdame a elegir las cosas que se alinean con tu plan para mí.
Concédeme la paciencia para esperar cuando sea el momento de esperar, y para no precipitarme en cosas que no estén de acuerdo con tu divina voluntad.
Concédeme la humildad de aceptar tu plan y no el mío.
Dios, ayúdame a ver lo que tú quieres que vea.
Espíritu Santo, ilumíname para que pueda adquirir sabiduría sobre cómo actuar, cómo hablar, cómo pensar y qué perseguir.
Obra a través de mí, habla a través de mí y actúa a través de mí.
Y dame el valor para llevar mi cruz con fortaleza y seguir a Cristo en todo lo que haga.
Amén.
He descubierto que pedir sabiduría trae sabiduría. Pedir paciencia trae paciencia.
Dios responde a las oraciones. Ahora bien, por supuesto que responder a tus oraciones no significa necesariamente que te regale todo lo que pides —Dios no es una máquina expendedora espiritual como muchos han tratado de hacer que sea— pero si pides las cosas correctas: virtudes de tu espíritu, y lo haces con un corazón honesto, es muy probable que Dios te envíe precisamente lo que necesitas para desarrollar lo que necesitas desarrollar.
La próxima vez que te sientas abrumado, abatido o perdido, prueba la oración anterior y dime si te ayuda. Sé que me ha ayudado enormemente a mí y a muchos hombres que conozco.
Que Dios te bendiga hoy y siempre, y recuerda que Dios te cubre las espaldas, te ama y tiene un plan para ti. Todo lo que tienes que hacer es confiar en Él, aunque no entiendas sus designios en su totalidad.
Qué maravilla de articulo, Juan. Voy a copiar la oración con mi puño y letra y a guardarla en la mesita de noche para tenerla siempre a mano. Se ve bien potente
Creo que la oración "bien hecha" es la que te hace más te hace sentirte junto a Él.
Y parece que la tuya te está sirviendo para justamente eso.
Gracias por el post ;)